y de sensaciones: frio, sofoco, cansancio… y por que no, excitacion. Hablar de ganas, de deseos, sobre sensaciones, sobre sentimientos. Todo eso lleva inevitablemente a meditar en sexo. Inevitablemente, comienza el sexting.
6. Ir al espinilla
Estamos chateando y la potencia de la charla comienza a realizarse palpable. Cada nuevo mensaje que nos mandamos nos permite erizar la epidermis y hormiguear la zona perineal. Ahora pasaron las preliminares, podemos ser explicitos. “Se me pusieron duros las pezones”, “mi pija desea estropear el pantalon”, “tengo la bombacha toda mojada”.Continue reading